El catálogo Puentes arco en España, que tengo el gusto de prologar, acompaña a la exposición del mismo nombre, en la que se da a conocer la historia de uno de los conjuntos de obras públicas más singulares de nuestro país, desde los puentes romanos hasta los de finales de la década de los cincuenta. Esta iniciativa se enmarca en la vocación de divulgación del patrimonio histórico de las obras públicas que el Ministerio de Fomento ha venido desarrollando desde hace casi treinta años a través del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo del CEDEX.
El catálogo Puentes arco en España, que tengo el gusto de prologar, acompaña a la exposición del mismo nombre, en la que se da a conocer la historia de uno de los conjuntos de obras públicas más singulares de nuestro país, desde los puentes romanos hasta los de finales de la década de los cincuenta. Esta iniciativa se enmarca en la vocación de divulgación del patrimonio histórico de las obras públicas que el Ministerio de Fomento ha venido desarrollando desde hace casi treinta años a través del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo del CEDEX. Presentar esta exposición constituye una ocasión inmejorable para compartir algunas reflexiones sobre el legado español en el campo de la ingeniería civil, un patrimonio que es comparable al artístico o al literario aunque, sin duda, mucho menos conocido. En el caso de los puentes se trata de construcciones implantadas en la naturaleza que además de ser funcionales para el desarrollo material humano, tienen un valor simbólico en ia cultura por su aspiración a articular territorios y a perdurar. Como es sabido, el puente es, sobre todo, una obra de ingeniería y como tal tiene una capacidad enorme de transformar la naturaleza para adaptarla a las necesidades del hombre. Al proyectarlo, se deben tener en cuenta numerosas cuestiones, pero sobre todo su finalidad y utilidad. Erigir un puente constituye una tarea compleja que requiere conocimientos notables y valor para emprender acciones osadas. Pero, además, presente siempre en el imaginario común, el puente representa un elemento de conexión entre las dos orillas del cauce de un río o de un valle, creando comunicación en un lugar donde antes no existía. Los puentes enlazan pueblos, comunidades o naciones, acortan las distancias, aceleran el transporte y facilitan los intercambios. Como nexo de unión que son, históricamente también han servido de base y aglutinante para la fundación de poblaciones, que en ocasiones toman de ellos su nombre. Y ya dentro de las mismas poblaciones, los puentes suman y han sumado a lo largo de la historia funciones de centros de reunión urbana. Por ello, como construcciones que se alzan en plena naturaleza o en el tejido urbano, los puentes poseen una relación privilegiada con el paisaje y la ciudad a los que transforman y completan. En algunas ocasiones, el resultado inducido por la realización de una obra pública tiene una inherente capacidad de alterar la esencia y composición de la escena. El impacto sobre el medio físico que produce la construcción de un puente será positiva, si se atiene al principio de idoneidad del lugar donde se implanta, si se adecúa al entorno y si su ejecución tiene la calidad exigible. El puente como hito en la comunicación se convierte en símbolo del camino, en su momento más festejado, en su razón de ser, que nos ayuda a superar los vacíos sobre los que estamos obligados a transitar. Por eso, han ejercido siempre una gran fascinación en el ser humano, tanto si se trata de una obra primitiva sobre un torrente, como uno de esos inmensos vuelos, casi inquietantes, de las obras maestras de nuestros días. No es raro que hayan sido tradicionalmente fuente de inspiración de poetas y pintores, o que en la imaginación popular hayan fraguado leyendas como las de los puentes del diablo. Como puede verse en la exposición, notables ejemplos históricos muestran que un puente bien resuelto e insertado en su entorno ofrece al espectador la sensación de que, si la obra no existiese, el valle, el río o la ciudad quedarían incompletos y desasistidos. Cuando se produce esta integración, el puente trasciende el plano de la técnica y se convierte en cultura memorable e incluso en arte. A éstos nos hemos querido referir en la Exposición Puentes Arco en España.
ÍNDICE
I. TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS ROMANAS Y GRANDES LUCES
Puente romano de Alcántara
Proyecto de reconstrucción del puente de Alcántara, en el siglo XIX
II. CUATRO PUENTES MEDIEVALES
Puentes de peregrinos. Puente La Reina, Navarra
Puente de Besalú, Gerona
Puente de San Martín, Toledo
Puente del Diablo, Martorell
II. GRANDEZA Y PERVIVENCIA DE LOS PUENTES DE FÁBRICA: SIGLOS XVI-XIX
Puente de Segovia, Madrid
Puente de Toledo, Madrid
Puente del Real, Valencia
Puente de Almaraz
Puente de Zuazo, Isla de León
Puente de Molins del Rey
Puentes Sistema Perronet
Puente acueducto de Abánades
Puente acueducto de Jalón
Puente de Isabel II, Bilbao
IV. LOS NUEVOS MATERIALES DE LA ÉPOCA INDUSTRIAL. PUENTES DE HIERRO Y ACERO.
Puente de Triana, Sevilla
Puente de España, Manila
Puente de Prado, Valladolid
Puente de El Grado sobre el Cinca
Viaducto de Pino
Puente sobre el río Ebro, Tortosa
V. APARICIÓN Y AUGE DEL HORMIGÓN ESTRUCTURAL
Golbardo, un puente pionero
Belleza y clasicismo de los puentes urbanos de José Eugenio Ribera
Puente de María Cristina
Puente de Reina Victoria
Gabriel Rebollo y sus puentes norteños
César Villalba, la grandeza de sus puentes
Puente del Pedrido
Viaducto de Martín Gil
Viaducto Torres-Quevedo
Puente de Mérida